miércoles, 25 de enero de 2023

Vamos a subir al cielo a pie

 




Y al llegar la tarde a sus últimos suspiros, me acuerdo de cómo desdoblaba la manta para taparnos del frío en este invierno que por desgracia, solo acaba de empezar.

Me acuerdo del café ardiendo paseando tranquilamente por la comisura de tus labios, unos labios que ya eran fuego cuando el sol se encendía y se dejaba ver a través de los agujeros de la persiana de tu habitación.

La una y treinta y uno de la madrugada como hora punta para hacer el amor en medio del duelo entre el frío y el calor, mientras el viento amenaza contra la ventana, jodido por no poder entrar a soplarnos los sueños y a llevarse el calor que hemos instaurado bajo las sábanas en los días de frío.

Mis bragas en la esquina de tu cama y las tuyas encima de mi almohada, anunciando que hay veranos internos aunque afuera hiele.

Y ahora, después de hacer explotar mi corazón contra tu pecho, miro nuestra foto y me doy cuenta de que vamos a subir al cielo a pie, iluminadas por la galaxia que hay pegada en el techo de tu habitación.

tqMM



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